"Al río que todo lo arranca lo llaman violento, pero nadie llama violento al lecho que lo oprime."- Bertolt Brecht.

viernes, 29 de octubre de 2010

INTENSIDAD DE VOS


Cabernet suavignon respirando en tus bolsillos,
y mi agudeza rotunda
volando por amplios momentos, en los que,
de todos modos, siempre venís latiendo.


Estos ojos hervidos que te leen, te releen,
intentan sentir tu estrépito al leerme,
estos ojos desmontados,
persiguiendo astros con tu nombre,
se des-hacen por encontrarte
insomne, clavículo e interno. Se destejen
por olerte a cielo y pimienta.


Tanto vocabulario para decirte nada.
Qué triste no poder la intensidad
de vos.

jueves, 21 de octubre de 2010

DICEN QUE SABEN SIN DECIR...




Dicen,
ellos dicen
que tienen para decir
no mucho más de treinta renglones
a garganta pulida,
a situaciones descocidas
que todo lo que flota no es real,
y si en el trance
tu cuerpo se despega del suelo
ellos levantan la tráquea para
mostrarte que no es normal.


Lo que sigue es agarrarse de la planicie
casi óptica
en la que ellos revuelven a tirones diarios
algo más cuadrado, más imposiblemente
árido...


Dicen, tratan de hacerte decir,
estrujan contra sus pechos,
nacen,
dicen que saben y no saben,
suspiran porque no pueden,
aúllan y huyen
del mundo que vivo con él,
un mundo que, sin duda,
no es de cartón como el de ellos.


Sin duda, sus corbatas les corta
la circulación.


Sin duda, no tienen nada que apretar,
nada con lo que llenarse, respirándolo.
Solo les queda
llenarse los pulmones de fango...

miércoles, 13 de octubre de 2010

ENFRENTE DE LA LIBRERÍA...
TÁCITO.

Rodeada de un quilombo a rosca,
la válvula ya oxidada latiendo
dentro de mi cabeza,
con costuras, arandelas, y bordes gastados.
Minúscula toda rueda que la deforma,
con 90 grados de anticipación,
hasta los muslos.


Consumir una taza de café,
de ese café sólido,
pegoteándose en las orillas de cada pieza,
trasladando las palabras nuevas,
musgosas, esas palabras aterciopeladas
por el tiempo de no verte, no verlo,
no sabér qué carajo hacía
pululando en tus sienes a vapor...

lunes, 4 de octubre de 2010

CIRCO SUMISO.


Vengo del placard, se me
pegotearon argollitas de maderas
buscando conocer
la oscuridad de las cucarachas,
destrozando el aire.
Suele pasar
las mejillas no comprenden
el circo sumiso que se pule
tan bermellón, tan esquizofrénico
en la unión de los dedos,
esas muletas vencidas,
entre el dolor de ancho,
justo ahí donde entran los talones
juntos y flexionados, justo ahí,
donde nacen las uñas
(es decir, en el esófago).


Las mejillas no entienden
nada, ¿dónde se creerán que viven?
Eso habla muy mal
de nosotros, los ortópteros y de ellas, las
lunas mullidas.