Las sábanas azules
son las que más me gustan
que más recuerdo
La cocina es el lugar que
más me gusta
de noche estrellada
y de día
lucesitas de colores
por los vidrios
los techos
me sé de memoria sus rincones con
humedad
telarañas
Tus hombros me tocaron
cuando me arranqué el casco
abandoné las trincheras en esos
hombros dilatados
de hacer el amor a las tres
de la madrugada
Tus ojos tan de verdad
los únicos de verdad
en mí que no quepo en un par de manos
Los pocitos de sueño
en que giraba a fundirme
en tus gotas de piel
El corazón es un pájaro
desesperado contra las costillas
se siente el peso del fuego
en los párpados la
boca
se arranca las migas
de alguna vez volver a reirse