XENOFOBIA RABIOSA.
Cargada de xenofobia al día,
me muerdo las costillas perrunas
a cinco minutos de encontrarme en lunes.
Tengo cuatro caninos agujereando mi cuello,
dos incisivos en la memoria,
y ocho muelas en marzo,
¡imaginate dónde tendré las encías!
Sí, acertaste, en Júpiter.
Para mí, las cosas TIENEN EL FINAL
en ese momento en que vomitan rastros de uñas;
esto es canibalismo kinético
demandando por ser palpable a la LUZ.
¡Basta mundo PUTO!
Si vuelvo a olerte con tanto ardor
vas a terminar en la misma hoguera lechosa
en la que acabó Magritte,
y de ahí, la materia no se forma de nuevo...
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