CIRCO SUMISO.
Vengo del placard, se me
pegotearon argollitas de maderas
buscando conocer
la oscuridad de las cucarachas,
destrozando el aire.
Suele pasar
las mejillas no comprenden
el circo sumiso que se pule
tan bermellón, tan esquizofrénico
en la unión de los dedos,
esas muletas vencidas,
entre el dolor de ancho,
justo ahí donde entran los talones
juntos y flexionados, justo ahí,
donde nacen las uñas
(es decir, en el esófago).
Las mejillas no entienden
nada, ¿dónde se creerán que viven?
Eso habla muy mal
de nosotros, los ortópteros y de ellas, las
lunas mullidas.
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