"Al río que todo lo arranca lo llaman violento, pero nadie llama violento al lecho que lo oprime."- Bertolt Brecht.

miércoles, 30 de diciembre de 2009



Cuando las luces se apagan,
el cielo es el que brilla,
mientras las voces se ahogan también,
y una a una se reúnen con sus almohadas.

Leo o escribo toda la noche, y
cuando por fin mato la luz que me lo permite,
el oscuro terror de la avanzada noche
se mete por mi ventana, para cerrar los ojos conmigo,
para acostarse a mi lado, para acariciar mi alma rota...

Ella, con su halo plateado, espanta mis sueños,
se apropia de lo exquisito de mi miedo.
Recorre con su extensa aura toda mi piel, desnuda,
toda mi esencia desgranada entre sus manos.




Precipita mis pesadillas lo oscuro de esta noche,
baña de sudor, con gotas como de rocío, mi cuerpo entero.
Se queja mi voz, de mi garganta que arde,
y ella escucha mis alaridos sin sentir piedad de mí,
porque espera, sí, porque espera a que deje de respirar.

Ella, me susurra cosas... Cosas prohibidas.
Motivos de lágrimas, sangre y placer.
Ella me embriaga con su empalagosa vos,
con lo que me propone, con lo que me incita a hacer...
Con lo que me incita a ser.
Ella me empuja, ella me presiona;
actúa sobre mí, como si yo fuese el mar, controlando la marea.

Ella, llora sobre mi vida, porque quiere lo contrario;
duerme sobre la curva de mi espalda,
se posa, con su mortecina luz, sobre mis labios, húmedos,
me posee entera, consciente y dormida...
Ella, la Luna, duerme conmigo porque espera
que su impotencia se esfuma, para poder quitarme,
aquello que todos necesitamos, el aire.
Para poder verme inerte y fría por siempre...







miércoles, 23 de diciembre de 2009


Un triángulo amoroso, como el de ella, como el mío.
El de la Leona, esta formado por tres personas (incluyendola),
que sufren, que lloran, que hacen cosas que no deberían,
que se hacen daño mutuamente... Sin descanso alguno.
Ella sufre.
Pero el mío, el triángulo, o mejor dicho, el círculo
en el que me veo envuelta,
incluye a una deidad... Es imposible.



Lo que después, nos obliga a nosotras, las amigas,
a autoayudarnos, cuando siquiera podemos articular palabra alguna
debido al recurrente dolor que sentimos cada una en nuestro interior.
Se trata de consolarla, cuando siquiera una misma está consolada;
y mientras nos aguantamos nuestro llanto, retenemos el de la otra.
Y todo es tan difícil, y nada es fácil...
Y nada cambia.
Y todo sigue doliendo...







domingo, 20 de diciembre de 2009


Mentir así para que nadie vea que me muero por vos. Surcan cada vez más hondo estas ojeras en la carne blanca de mi rostro. Y sigo sin hacer nada, soportando tu falta de agallas.



El dolor me escandaliza. Me reprime. Me arde. Me SUPRIME. Nada es verdad. ¿Todo es ficticio?
Nada es real, nada es conciso. Nada... Todo es nada con vos. Vos haces de todo, nada.

sábado, 12 de diciembre de 2009





Martyr. Por tener que apagarme en tus normas;
por aceptar vivir en tu falsedad, en tu cobardía.
Martyr... Por caer "en el peor de los errores:
el silencio".






... Aunque de mis huesos, nazca un fénix,
de interminable dolor, de ardor imposible...
También nacerá una flor, un botón de fuego,
encargado de recorrer mi cuerpo en la sangre...







... Y en esa sangre misma, que no solo nutre mi interior,
sino también que fluye sobre mi piel, y la mancha,
estará tu amor, tu odio, tu silencio, tu indiferencia...
En mi interior, y en mi exterior, se encuentra tu esencia.
En mi totalidad, estás presente,
ardiéndome, doliéndome desgarradoramente,
arrancando a dentelladas estos ojos que por vos lloran.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Así, es como tenes mi corazón:
en tus manos de amor,
en tu piel protegida del dolor...





El alma escondida, asoma por las nubes
que recorren su mirada con sutileza divina.
Mientras muero en sus ojos,
ellos ven, despreocupados, el paisaje sobre mí.
Siempre las mismas palabras,
siempre el mismo dolor,
y siempre su misma cobardía...
"Cada aliento que tomes,
cada movimiento que hagas,
cada lazo que rompas,
cada paso que des,
yo estaré mirándote.

Cada día,
cada palabra que digas,
cada juego que juegues,
cada noche que te quedes,
te estaré mirando.

Oh, ¿es que no puedes ver
que me perteneces,
cómo mi corazón duele
con cada paso que das?

Cada movimiento que haces,
cada voto que rompes,
cada sonrisa que fingís,
cada reclamo que estancas,
yo te voy a estar mirando.

Desde que te fuiste, estuve perdido, sin un rastro;
Sueño de noche, y solo puedo ver tu rostro;
Miro alrededor pero es a vos a quien no puedo reemplazar;
Me siento tan frío y lejano para poder abrazarte;
Siempre estoy llorando, nena, nena, por favor...

Cada movimiento que haces,
cada voto que rompes,
cada sonrisa que fingís,
cada reclamo que estanques,
yo te voy a estar mirando..."