"Al río que todo lo arranca lo llaman violento, pero nadie llama violento al lecho que lo oprime."- Bertolt Brecht.

domingo, 23 de mayo de 2010

S
I
N

F
I
L
T
R
O
.

Me tiran azares diluídos
en esto que llaman porquería,
todo es más que ser y no es un carajo,
todo putamente maltrecho.
Porque no entiendo con
la capacidad motora de las flores
que no se marchitaron en ningún florero,
que no se murieron en mi boca seca,
que no (¡por qué!) se agriaron en
toda la espesura moderna
que lleva atada a la lengua
este rocío intermitente...

Todo se ahueca, interminable,
y se reduce a lo único,
indispensable,
que no quiero, ni soy interesada,
en ver, oler, diferir o aparear.


Esa Lengua mórbida se ensancha
allá donde los ojos,
-o las cuencas vacías de ellos-
ya no piden gimientes
que una aletargada madona
los recupere de su aulladora naciente.

Nada, nada, nada, nada
(NADAAA!)
queda de tanto escribir
sobre la piel ajena, borrada
a caño y filtro ardiente,
de algo moreno,
de ceros violentos,
de estrépitos negados, placenteros,
derechos, pero negados de nuevo!

Todo que es, no es, fué y será,
pero talvez no sea,
juega una parte rotunda, amarilla,
asquerosa, y hoy podrida de tanto
asquear a la masa putamente decidida a ir,
corrida con los colmillos de tanta liviandad.
Todo superfluo, todo idiota,
¡TODO ES SUPERDOTADO,
Y TODO VA PARA ATRÁS
EN ARRANCONES NO DESEADOS
EN GARGANTAS DESGARRADAS!

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