De modo que la vida cuesta, y recién ahora mis sentidos lo empiezan a digerir con completa claridad. Y las preguntas más acertadas en estos momentos son "¿cómo ignorar cuánto me desespera amar y no obtener la felicidad correspondiente a ese amor?", "¿cómo FINGIR que la vida es un lecho de rosas, si (por Dios!) todos sabemos que no es, ni será jamás así?", "¿cómo ignorar que la posibilidad de todas mis posibilidades es la misma muerte, y que nuestro objeto final, es ser parte de ella?"...


No hay manera de vivir (a menos, claro, que sea vivir engañado) tranquilo, relajado, alegre, y espontáneo, sabiendo, y sobre todo, ASIMILANDO, que nuestro destino esta bajo cuatro metros de tierra...



Pero ahí es donde entra algo, llamado "trascendencia", lo cual nos dice que somos más que un miserable bulto de carnes, comido, denigrado y corroído por los gusanos;

que somos almas, vidas, amor eterno, y nuestra VERDADERA ESCENCIA se encuentra mucho más allá de lo visible, de lo sensible, y de lo cogniscible...

¡NOS ENCONTRAMOS MUCHO MÁS LEJOS, MUCHO MÁS ARRIBA, Y SOMOS DE MUCHO MÁS VALOR QUE ESTO QUE VEMOS, SENTIMOS Y SABEMOS...!



Esa es la alegría de mi trascendencia. Feliz acepto el objeto final, sabiendo que hay mucho más. Gracias por mostrarme todo lo demás, gracias por ser parte, gracias por desvendarme los ojos...



Por siempre agradecida,
Anima Impurus,
Sangue Impurus.
Veni, Vidi, Vici.



http://www.scribd.com/doc/6722450/Ejercicio-Regresion-Vida-Pasada-Brian-Weiss