"Al río que todo lo arranca lo llaman violento, pero nadie llama violento al lecho que lo oprime."- Bertolt Brecht.

sábado, 10 de julio de 2010

MORGAN, mi gata

Las épocas en que Morgan se indigestó
con una simple mosquita de luz,
esas diminutas, que solo se mueven alrededor,
esas inútiles que son tan fáciles de estrujar entre las palmas.
Morgan, tan inútil, tan idiota, tan obesa,
se dejó violar por su instinto salvaje,
y se lanzó con sus garritas bobas al ataque.

Uno de esos bichos pelotudos,
posados con toda su magia alada
en la arista de un mueble.
Una imagen magnánima de terciopelo,
hasta que se acercaron las patas circulares
y el hocico alunarado de Morgan,
sus bigotes se adelantaron, sus orejas se atrasaron,
y con la torpeza profunda saltó
contra el borde puntiagudo,
abriéndose una calamidad en el cráneo.

Y ahí quedó. En el piso, maullando destartalada,
con cien gotas de sangre milimetradas,
las patas para arriba, la columna crujiendo,
y sus lunares, desvaneciéndose junto con su vida...




No hay comentarios:

Publicar un comentario