"Al río que todo lo arranca lo llaman violento, pero nadie llama violento al lecho que lo oprime."- Bertolt Brecht.

martes, 20 de julio de 2010

Rape me... Rape me, Time.

ANTES.
Con los ojos todavía muy pegados,
con las nostalgias hasta el piso
y la almohada mutando bajo mi oreja.
Así, con fiebre en las axilas,
con mechones en las pupilas
los gritos que parten una garganta vienen volando
hasta mi cutis durmiente.

Mis pies aceitados corriendo más rápido
que la preocupación, mis manos todas calientes
yendo con desesperación hasta la cara morada de ella.
Y ese pedazo de animal, arrinconándola en las barras
de madera y cemento que no se caen de la puerta.
Todo era demasiado...


MIENTRAS.
Los paraísos rumbean a través de mi ventana,
se llevan el otoño, el invierno, y nunca florecen,
solo flotan. Flotan como sólo yo floto para mi gordita,
para ese pedacito de Paraíso que llora y llora
mientras se desgrana los traumas en el piso congelado.
Llora y llora mientras yo hundo algo más filoso que la palabra
y menos abstracto que un deseo. Llora mientras
de su polvo mágico se escapan las hadas, los príncipes,
los duendes de meteoro y las simples estrellas
que ella pretendía...
Llora mientras ese HIJO DE PUTA se va desvaneciendo
en mucho más que un infierno.

Se va, cayendo. Se va haciendo jabón. Se va desparramando
desde la mugre hasta la enfermedad.
Ya sin derechos, ya sin cenizas de algodón,
ya sin ser ni querer, se hizo nada.
Ella, que lloraba, se quedó sentada en su rincón,
con los ojos de Modigliani bien abiertos,
no sé si lo disfruta, o si se muerde las neuronas.


DESPUÉS.
Yo sé que ella no sabe que hacer.
Yo sé que ahora tiene miedo de no poder ser.
"Ojalá lo trituren las moscas" pensaba yo con un poco más
que un cuchillo demente y tres dientes en mi palma.
Ella seguía latiendo en silencio,
con los golpes creciéndole.
Y mi espalda se arremolinaba por dentro,
clavé el acero silbante en mi muslo,
y me tiré al lado suyo.
- "Te podes bañar en esta inmundicia si querés"
- "No quería esto. Solo te quería a vos. Solo vos y yo".
- "Pero yo hice mi ilíada para vos,
ahora solo puedo ser un Ícaro de cartón,
con alas de 30 centímetros y decepción."


Biografía de una revolucionaria vencida
por las ansias de amar.
Después de veinte minutos, llegó la Policía
y la sangre coagulada que pendía de sus piernas
no alcanzó para no abollarla en una mazmorra.

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